Cuando hablamos del camber o ángulo de caída del neumático hacemos referencia, entre otros aspectos, a un concepto relacionado con el alineado o paralelo de coche. Influye especialmente también en la suspensión del vehículo, con lo que es un apartado básico para garantizar la optimización en la conducción y, especialmente, nuestra seguridad.
Pero esto no es lo único que determina que contemos con la mejor configuración de nuestros neumáticos. La convergencia de las ruedas, por ejemplo, así como el eje de dirección, también determina el adecuado comportamiento del vehículo. Por ello en este post profundizaremos un poco sobre todos estos conceptos, haciendo hincapié en los que desde nuestro taller de neumáticos consideramos más importantes.
Los elementos de la geometría de dirección
El camber o ángulo de caída tan solo es una parte de lo que denominamos cotas de dirección del automóvil. Son aquellas condiciones concretas que se establecen en su tren delantero para asegurar que los neumáticos rinden adecuadamente en rectas y curvas, así como en optimización de sus prestaciones, lo que afectará a su velocidad de desgaste y, por lo tanto, a su vida útil.
Así, la geometría de la dirección guarda estrecha relación con la forma en que están configuradas las ruedas sobre todos sus diferentes ejes a la hora de los giros. Comprende el ángulo de caída, el ángulo de avance, el ángulo de salida y la convergencia y divergencia de las ruedas.
Son muy relevantes porque todos ellos influyen en el paralelo de coche y, una mala alineación de neumáticos desajusta por completo el comportamiento del vehículo en sus trayectos sobre rectas y curvas. Por ello no solo es importante saber cuándo hacer la revisión de tu coche, sino también prestar atención a la conducta del mismo sobre la carretera.
Veamos por separado cada uno de ellos para entender de qué manera afecta.
Ángulo camber
Conocido también como ángulo de inclinación, se refiere al posicionamiento de los neumáticos en comparación con su eje vertical real, pudiendo inclinarse hacia fuera o hacia dentro. Además de facilitar un desgaste uniforme, se centra en mejorar la tracción en curvas y en que exista menos esfuerzo al girar las ruedas. En este sentido, hay hasta 3 tipos de ángulo o posiciones.
Ángulo cero
El camber neutro no presenta ningún tipo de inclinación o, lo que es lo mismo, su ángulo es de 0 grados. Las ruedas se encuentran perfectamente verticales al vehículo, alineadas con su eje vertical y perpendiculares con respecto al suelo. La superficie de contacto de los neumáticos es máxima estando el vehículo en parado y también en trayectos que predominen rectas.
Caída positiva
Con el camber positivo se produce una ligera inclinación de la rueda con respecto a su eje vertical: su parte superior sobresale de la carrocería, mientras que la inferior se introduce más en el interior del chasis. Debido a esta configuración, se produce un mayor desgaste interior de las ruedas delanteras, ya que hay una menor superficie de contacto sobre el asfalto.
Además de ese inconveniente, disminuye el agarre en las curvas debido a que incorpora más carga en sus bordes. Al tomar la curva, la fuerza centrífuga actúa sobre el neumático, añadiendo mayor presión por su parte exterior. Si además le sumamos esta carga adicional, el resultado es que se aumentará aún más su desgaste por la zona exterior de la banda de rodadura.
Caída negativa
Si los instalamos con un exceso de camber negativo provocaríamos un desgaste de ruedas delanteras por el exterior. La parte inferior sobresale con respecto al chasis, mientras que la superior queda más introducida en la carrocería.
Se puede llegar a pensar que lo ideal es siempre un ángulo cero, pero eso sería en el supuesto de que todo el uso del vehículo fuera en línea recta. Como esta situación teórica no es real (y hay que tener en cuenta que todo trayecto también tendrá curvas), en ocasiones la solución pasa por instalarlos con un ligero camber negativo. ¿Por qué? Porque en una curva se compensa: la presión en la parte interior del neumático aumenta y disminuye en su exterior, de tal forma que la presión es más uniforme y genera mayor tracción en el movimiento.
Además, has de tener en cuenta que se toma como referencia, entre otros aspectos, la altura del coche y que todo neumático que se encuentre en un grado de inclinación distinto a la perpendicular siempre sufrirá desgaste no uniforme. Ojo, hay que corregir caída negativa cuando provoca un desgaste excesivo de neumáticos. No obstante, en caso de que tengas dudas o quieras que te lo comprobemos, lo mejor es que vengas a tu taller mecánico Sadeco más cercano y te comprobemos el alineado de la dirección.
Ángulo de avance o caster
Hemos hablado del primer tipo, pero existen otros parámetros. Por ejemplo, ¿qué es caster? Se trata del conocido ángulo de avance: si observamos un vehículo lateralmente, es aquel que forman el pivote con el eje vertical del centro de la rueda. En este caso, su correcta regulación consigue buen autocentrado (se centre el volante solo al salir de una curva), evitar vibraciones, y mejorar la dirección. Además, una mala configuración del ángulo caster no provoca desgaste en los neumáticos, pero sí falta de estabilidad, por lo que conviene revisarlo.
Por tanto, ángulo camber y caster son similares en cuanto a que se refieren a la posición que mantienen las ruedas respecto a su suspensión, pero abarcan cosas diferentes: uno es la inclinación del neumático en el eje vertical y el otro su desplazamiento en el eje de giro.
De hecho, aquí también encontramos 3 tipos de ángulos:
Caster positivo
La mayoría de los vehículos actuales suelen estar configurados de esta forma, ya que genera mayor estabilidad y eficiencia en la curva. Aquí el eje de la dirección está situado delante del geométrico de giro. Es decir, la parte superior de la línea vertical se inclina hacia la parte trasera del coche, lo que permite que el volante vuelva solo a su posición al girar.
Caster neutro
Aquí el eje de dirección y punto de contacto de llanta está en vertical. No forma, por tanto, ningún ángulo y cae en línea perpendicular al suelo.
Caster negativo
Es el caso contrario que el positivo: aquí el eje de dirección está detrás del geométrico de giro o punto de contacto de la rueda. Facilita el giro del volante (ganando agilidad), pero complica la marcha recta del vehículo, afectando lógicamente a su estabilidad.
Ángulo de salida
Este ángulo abarca el pivote sobre el cual gira la rueda (eje de giro de la dirección) y la vertical al suelo. Busca reducir todo esfuerzo en suspensión y dirección, como el giro de las ruedas y el auto centrado en la dirección. En definitiva: una anomalía en este tipo de parámetro vendrá determinado por la dureza en el volante.
Convergencia de la dirección
La convergencia de los neumáticos guarda estrecha relación con la configuración de los anteriormente mencionados, ya que se trata del ángulo de cada rueda con relación al eje longitudinal del vehículo, o lo que es lo mismo: la distancia a la que están separados entre sí.
Convergencia positiva
Las ruedas se encuentran más “cerradas” de lo normal. La parte delantera de la rueda estará más cercana al eje central del vehículo con respecto a la trasera, lo que permite aumentar estabilidad en rectas.
Divergencia (convergencia negativa)
Lo opuesto a la anterior. Apreciamos los neumáticos más “abiertos” y esta distancia de la parte trasera de la llanta es más pequeña que la delantera.
Convergencia 0
Todas las ruedas se encuentran en la misma posición.
Para qué sirve una correcta suspensión con estos parámetros
Para alcanzar una configuración óptima en la suspensión del vehículo hay que tener en cuenta estos 4 ángulos. Como se ha podido comprobar, la convergencia y ángulo camber afectan al vehículo en las rectas, y la incidencia (ángulo de salida) y eje de dirección (ángulo caster) a su comportamiento en las curvas.
A continuación dejamos una explicación audiovisual acerca de todo lo que hemos expuesto anteriormente.
Por tanto, una correcta suspensión sirve para que el coche esté equilibrado en cuanto a estabilidad y maniobrabilidad, factores que inevitablemente están ligados a la seguridad al conducir.
Para ello se debe vigilar otros dos factores:
Presión de los neumáticos: determina su desgaste. Si están muy inflados habrá desgaste en el centro de las bandas de rodadura; y si están por debajo de su nivel será en los flancos exteriores.
Alineación: el proceso del paralelo de coche sirve para que las ruedas queden ajustadas en cuanto a carrocería y suspensión. Se debe hacer siempre que se instalan neumáticos nuevos (recuerda cuándo cambiar los neumáticos del coche), pero también cuando exista un desgaste no uniforme en las ruedas, por ejemplo.
Revisa la suspensión de tu coche en Grupo Sadeco
Esperamos que después de este post ya te haya quedado más claro lo que es camber o ángulo de caída del neumático, así como otros factores que influyen de forma trascendental, no solo en la correcta suspensión del vehículo, sino también en la duración de las ruedas.
No obstante, ten en cuenta que también existen otros elementos, como los amortiguadores de coche, que afectan en gran medida a la duración del neumático, por lo que te recomendamos que tampoco los descuides y vengas a revisarlo a tu taller Sadeco, especialmente si, además de un desgaste no uniforme de las ruedas, experimentas ruidos extraños sobre la marcha o una dirección imprecisa.
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